«Es imposible tener una experiencia de internet sin que existan ciertos parámetros que ayuden a organizar la información y los contenidos que allí se depositan; sin embargo, la forma en la que está programada esa organización, los incentivos que existen y la aceleración de algunos contenidos puede dar lugar a propósitos que vayan en contra de los derechos humanos (…) ciertamente hay un desafío enorme en cómo compatibilizar las normas, las prácticas de moderación de contenidos con estándares internacionales de derechos humanos y de institucionalidad democrática»
– Pedro Vaca, Relator Especial para la Libertad de Expresión.