Remitente: Priscilla Ruiz
Grupo de interés: Organización sin fines de lucro
Idioma: Español
¿Qué entiende por “Deterioro del Debate Público»?
Aquellas narrativas o discursos que se encuentran intencionados a causar un deterioro a la persona o el colectivo que expresa alguna opinión o ejerce su libertad de expresión dentro las redes sociales que ocupa pero que además puede injerir en el acceso a la información para la toma de decisiones democráticas como son los procesos electorales y/o la formulación de alguna política pública.
¿Cuál es el papel de las tecnologías, como la inteligencia artificial y la criptografía, en el Deterioro del Debate Público? ¿Cuáles son las herramientas tecnológicas o matemáticas/algorítmicas que han contribuido al Deterioro del Debate Público? ¿Qué aspectos de la tecnología o desarrollos identifica como más relacionados con esta temática?
Internet y en especial las redes sociales, se ha convertido en una ampliación del espacio cívico.
Es ahí donde las personas y comunidades expresan sus posicionamientos políticos, ideas de índola
social e información de interés público. Sin embargo no todas las personas se encuentran en
igualdad de condiciones para expresarse y organizarse libremente a través y con el uso de estas
tecnologías. Las platafromas digitales han evolucionado de ser habilitadores de canales de
comunicación entre personas, a convertirse en “gatekeepers” o “porteras” de los contenidos que
se publican.
Entre ellas se encuentran los contratos unilaterales mejor conocidos como
“términos de servicio” o “normas comunitarias” de las redes sociales, muchas veces estas mismas
se encuentran construidas desde una visión o identidades que desdibujar o se muestran apáticos
ante los contextos y realidades donde son aplicables, regulan qué tipo de expresiones,
contenidos visuales y sonoros deben de permanecer y cuáles otros deben de ser eliminados. Sin
embargo deja en visto mensajes, expresiones contneidos audio visuales que pueden ser lesivos a
personas que pertenecen a grupos vulnerables, llamese mujeres, grupos LGBTQ+, afrodescendientes,
defensores de derechos humanos, activistas y periodistas independientes que se tienen mayor
riesgo y vulnerabilidad a enfrentarse a una situacion como la violencia digital y remociones de
contenido.
En relación con las tecnologias emergentes donde tambien se encuentran la creación
de algoritmos la problematica radica en que la programación de estos están construidas desde una
visión o identidades que desdibujar o se muestran apáticos ante los contextos y realidades donde
son aplicables, asi tambien aplicando una vision hetereopatriarcal. El impacto que se crea puede
ser diverso dependiendo en el grupo.
El idioma, el lenguaje y la falta de entendimiento del
contexto son factores que aumentan la probabilidad de que las plataformas digitales eliminen
contenidos de grupos o poblaciones en situación de mayor vulnerabilidad.
La suma de
violencias que enfrentan los grupos y poblaciones en situación de mayor vulnerabilidad, incluida
la remoción de contenidos, contribuyen a generar un clima de exclusión, censura, auto-censura y
apatía social en el entorno digital.
Lo anterior sienta las bases para un ecosistema en línea
que refuerza la dinámica de poder existente, dejando a las comunidades marginadas
simultáneamente en riesgo de ser invisibilizadas y sobreexpuestas a una serie de daños.
Finalmente,
se deja en evidencia el gran problema que ocasiona el monopolio tecnológico en términos de
derechos humanos, puesto que millones de personas están sujetas a las decisiones que concentra
un puñado determinado de las plataformas digitales más populares, las cuales controlan quién
tiene derecho a expresarse.
¿Cuáles son ejemplos de fenómenos tecnológicos que están asociados con el Deterioro del Debate Público?
Ejemplo de cómo se puede deteriorar el debate público se encuentra en las conferencias
presidenciales del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador , principalmente la sección
“Quién es Quién en las Mentiras”, la cual busca “exhibir las mentiras que difunden los medios de
comunicación”. Pero que en realidad parece constituir un “Tribunal de la Verdad” para exhibir,
atacar y estigmatizar a la prensa crítica o cualquier persona comunicadora que no se alinea al
gobierno federal.
El problema no es que la prensa sea o no cuestionada. La ciudadanía
puede y debe sujetar a una intensa observación la labor de la prensa, pues justamente lo que
busca el periodismo es robustecer el debate público. Pero que sea la cabeza del Estado quien
defina los criterios bajo los cuales la prensa «miente o no», además de estigmatizar, promueve
la censura previa mediante la inhibición o amedrentamiento, afectando así la libertad de
expresión, pluralidad mediática y el derecho a informar e informarse de la prensa y la sociedad,
además de manipular la opinión pública catalogado la crítica al gobierno como mentira. Es
incompatible con una democracia que desde la administración pública se trate de imponer un
criterio de verdad. Aún peor es que se pretenda utilizar este criterio de “verdad” para inhibir
la crítica y el escrutinio públicos.
Muchas veces, las y los periodistas que son
mencionados en esta sección, reciben agresiones en la esfera digital sobre su vida personal o
“calidad periodística”. Por ejemplo, de enero a junio de este año, 132 agresiones
ocurrieron en el espacio digital. La mayoría de las agresiones en línea se realizaron en
plataformas digitales, lo que equivale al 80.15% del total (cuantificando 105 casos). En este
sentido, en Facebook, Twitter y YouTube, las y los agresores comúnmente abusan de las normas
comunitarias y otras normativas aplicables a estas plataformas para censurar el contenido
periodístico publicado en éstas. Aunque siguen siendo periodistas hombres cisgénero quienes más
reportan agresiones en línea (representando 53 agresiones registradas, o un 40.46% del total),
existe un crecimiento exponencial de violencia en línea contra periodistas mujeres. ARTICLE 19
documentó durante el primer semestre de 2021 un total de 46 agresiones digitales contra
periodistas mujeres cisgénero, y 2 contra periodistas mujeres trans, lo que implica que las
agresiones digitales contra mujeres representan el 36.64% del total de la violencia en
línea.
Finalmente, la estrategia de atacar al mensajero, distorsiona la atención sobre
los mensajes y divide la opinión pública entre los y las “buenos y malos” periodistas, siendo
los buenos quienes se alinean al gobierno. Esto restringe la pluralidad en el debate
público.
Algunos marcos legales que se invocan para remover contenido son, por ejemplo,
el conjunto de reformas contenidas en las reformas a lo códigos penales de las entidades donde
se tipifica el delito de “difusión no consentida de imagenes de contenido sexual” (conocida como
“Ley Olimpia”) también la legislación en torno a la protección de los derechos de autor y de la
propiedad intelectual, tanto como la Ley Federal de Protección de Datos Personales o La ley de
Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
Todas estas legislaciones que se
proponen evitar que se vulneren los derechos humanos, han sido creadas a partir de luchas y
debates sólidos que buscan proteger de afectaciones específicas. Cuando son utilizadas para
censurar contenido proponen un falso debate entre el derecho puntual que desean proteger y los
derechos a la libertad y al acceso a la información. Un ejemplo se dió dentro del último proceso
electoral correspondiente a las elecciones intermedias en México: Una nota periodística denuncia
que una candidata ha participado en actos de corrupción, esta acción hace parte del ejercicio de
la libertad de expresión del medio informativo y cumple con el derecho a la información de los
votantes.
Además de las sub-categorías y desafíos identificados para el análisis del Deterioro del Debate Publico (secciones III y IV de la Nota Conceptual), ¿Qué temas complementarios considera usted que deben analizarse para comprender las necesidades, riesgos, y desafíos en relación con el Deterioro del Debate Público?
la censura digital es el acto de impedir de manera deliberada la circulación de información en el
ciberespacio, a través mecanismos legales o ilegales de presión sobre quien genera
contenido. Este acto, para el caso del mundo digital, puede ocurrir de dos maneras: la
autocensura y por acción de actores externos.
En primer lugar, está la autocensura:
Ocurre cuando la víctima a quién se dirige esta ofensiva, decide retirar el contenido publicado
y omite informar hechos relevantes sobre su entorno, debido a que recibe una serie de ataques
que condicionan su libertad de expresión. La severidad y contundencia de estas amenazas la
llevan a pensar que está sola y hacen que le otorgue un poder insuperable a su agresor o
agresores que, poco a poco, minan su confianza y con ello, la capacidad de repeler los ataques,
logrando así que guarde silencio. Contrarrestar la autocensura implica que quién está siendo
amedrentado, enfrente y supere el miedo ejercido desde fuera y denuncie que eliminó el contenido
u omitió dar algún tipo de información por miedo a represalias. En México, existen amplias zonas
controladas por actores ilegales que ejercen presión sobre las y los periodistas y personas
generadoras de contenido, en este caso, es muy difícil que estos puedan hacerle frente a
las amenazas de manera individual. Por esa razón, es comprensible que exista un subregistro de
este tipo de agresiones, sin embargo, se pueden ver sus efectos en la falta de circulación
de información a través de la red sobre lo que ocurre en algunas zonas y sectores del país
En
segundo lugar, está la censura que se lleva a cabo mediante regulaciones. Puede producirse de
dos maneras:
– A través de los mecanismos de moderación de
contenido de los que dispone cada plataforma digital como herramienta para limitar, bajo la
expectativa de una convivencia armónica en el ciberespacio, el intercambio de información
en la red.
– Mediante el control que ejerce el Estado a partir de marcos
legales preexistentes y que buscan proteger los derechos de la ciudadanía.
El
interés de mantener una convivencia armónica en el ciberespacio, puede convertirse fácilmente en
una estrategia de censura si carece de una relación estrecha con los mecanismos de protección de
los derechos humanos. Frente a la polarización creciente en el discurso político mundial y la
posibilidad que ofrece el ciberespacio para difundir todo tipo de ideas, la moderación de
contenido en internet se propone como la vía idónea para garantizar la protección de las
personas usuarias de la red, favorecer el intercambio de información y conocimientos mientras
alienta la construcción de una comunidad global segura, incluyente y democrática. Para lograrlo,
las plataformas digitales utilizan la remoción, eliminación y desindexación de contenido como
herramienta para suprimir todo aquello que se publique a través suyo y que vulnere los derechos
humanos. Lo hacen mediante algoritmos y/o personas moderadoras de contenido, que, con base en
las normas comunitarias o términos del servicio determinan que debe ser removido o eliminado;
sin embargo, la remoción es hecha de manera irreflexiva, porque este mecanismo solamente detecta
expresiones, sonidos o imágenes sin una valoración contextual adecuada. La plataforma digital se
asume como intermediaria en el ciberespacio por lo que evita hacer un análisis de fondo sobre
cada remoción, resolviendo su compromiso con el respeto de los derechos humanos a partir de la
eliminación tajante del contenido detectado. Esta acción llevada a cabo sin el análisis
correspondiente suprime contenido de manera indiscriminada; sin embargo, los informes de
transparencia de cada plataforma no ofrecen mayores detalles sobre lo que fue suprimido. De esa
manera, es muy difícil saber si las remociones tienen un impacto positivo en la convivencia
armónica en internet o sencillamente son un mecanismo superficial que no resuelve o garantiza el
acceso a la información.
¿Qué y cómo los derechos humanos son afectados por el Deterioro del Debate Público y qué rol considera que ha tenido internet en este proceso?
Este tipo de remociones se convierten en agresiones virtuales porque afectan los derechos a la
libertad de expresión y a la información de los usuarios/as en tanto que, son masivas,
irreflexivas, poco transparentes y aleatorias. No se puede pasar por alto que el uso de internet
es un derecho digital reconocido a nivel mundial por la Organización de las Naciones Unidas, y
no es solamente un servicio que proveen empresas privadas que se reservan la capacidad de
remover contenido de acuerdo a sus intereses, sin un análisis profundo y sin los
correspondientes debates dentro de un mecanismo transparente y asequible de apelación.
Internet
es una herramienta que ha potencializado la comunicación, la inter-conectividad, la información
y la expresión de ideas y opiniones a través de espacios como las plataformas digitales. Sin
embargo las plataformas han tomado ventaja en monetizar bajo sus intereses empresariales la
minería de datos que cada usuario/a confirmar en usar al aceptar los términos y condiciones de
que estable la plataforma. Esto ha traído un deterioro en el uso y objetivo de la herramienta de
internet pues ahora ha sido coptada por lo intereses capitalistas que realizan esta explotación
ilimitada de datos e información sin conocimiento exhaustivo hacia los usuarios. La falta de
transparencia es otra problema que se encuentra vinculada a la rendición de cuentas por parte de
las empresas cuando ocupa, explotan, venden, intercambian y utilizando datos, la privacidad e
información de estos sin conocimiento previo. Actuando de esta manera de manera ilegitima y
arbitraria dejando a los usuarios es un estado de indefensión relacionado a sus datos,
privacidad e información.