Remitente: Michel Roberto de Souza (Derechos Digitales).
Grupo de interés: Organización sin fines de lucro.
Idioma: Español.
¿Cuál es su percepción sobre el Deterioro del Debate Público en las Américas? ¿Qué desafíos cree que son específicos para el fortalecimiento de las democracias en el entorno digital en nuestra región?
América Latina tiene una historia de gran desigualdad, discriminación, pobreza, con histórico de
políticas autoritarias (https://aquimandoyo.dromomanos.com/) y
graves violaciones a los derechos humanos. Esto también se refleja en los problemas encontrados
en el deterioro del debate público. Las desigualdades estructurales se ven reforzadas por las
más diferentes tecnologías de la región. Faltan leyes de protección de datos, una acción más
enfática por parte de los órganos de control y agencias reguladoras, y faltan políticas públicas
para combatir la desinformación.
La región es rehén de un modelo de internet restringido,
principalmente internet móvil, y cuenta con la inexplicable permisividad del Estado con la tasa
cero (zero rating). Existe todo un marco normativo e institucional que favorece el deterioro del
debate público y desconoce las desigualdades estructurales existentes. Datos de investigaciones
más recientes en Brasil, por ejemplo, muestran que el 39% de los usuarios de las clases C, D y E
declararon que ya no acceden a las políticas públicas, el 33% ya no accede a los servicios
públicos y el 28% tiene dificultades para acceder a los beneficios sociales. (Idec e Instituto
Locomotiva, 2021, https://idec.org.br/sites/default/files/pesquisa_locomotiva_relatorio.pdf
). Además, las restricciones al acceso a Internet también afectan la difusión de desinformación.
La mayoría de los encuestados por Idec y Locomotiva, 56%, afirman haber recibido noticias falsas
y casi la mitad, 49%, enlaces maliciosos, revela la encuesta. Como solo tienen acceso a Internet
a través de estos paquetes de datos limitados, esta población no puede buscar la veracidad de la
información recibida en periódicos, sitios web y vehículos de medios que utilizan datos de
franquicias.
Poco se ha hecho en la región para identificar el origen de la
desinformación y evaluar el fenómeno a la luz de obligaciones específicas de determinado sector,
resultando en la ausencia de rendición de cuentas de los servidores públicos por la propagación
de mentiras (Informe CELE – https://www.alsur.lat/en/report/are-public-officials-lies-unsustainable-or-do-they-have-far-reaching-effects).
No
existe consenso en la región sobre normas adecuadas para el tratamiento de los intermediarios,
lo que genera gran preocupación para la defensa del derecho a la libertad de expresión. A falta
de un marco legal específico, la jurisprudencia se inclina por la responsabilidad civil bajo
principios generales, que pueden afectar directamente y conducir a la censura. (Al Sur, Mirando
Al Sur – https://www.alsur.lat/sites/default/files/2021-06/Responsabilidad%20de%20intermediarios%20EN.pdf).
¿Qué similitudes o diferencias existe entre el Deterioro del Debate Público en las Américas y a nivel global, a raíz del impacto de internet?
Primero, entendemos que existen importantes diferencias regulatorias e institucionales. Si bien
Europa tiene un Reglamento general de protección de datos (GDPR), los países latinoamericanos
están comenzando a aprobar este tipo de leyes, con diferentes institucionalidades, por ejemplo,
lo que ocurre en Brasil, Chile, Argentina y Ecuador.
En segundo lugar, tenemos una
diferencia en la aplicación de las leyes antimonopolio y de neutralidad de la red, con las
autoridades europeas y estadounidenses actuando con más fuerza en los mercados digitales, contra
la concentración exacerbada de grandes empresas tecnológicas y grandes plataformas, y decidiendo
casos sobre la prohibición de tasa cero (zero rating).
En tercer lugar, existen
diferencias en los contextos de abuso de derechos humanos, especialmente por parte de los
Estados, como ha sido constantemente informado por RELE y la CIDH en sus intervenciones. Solo
para tener un ejemplo más actualizado, las últimas posiciones publicadas por RELE y por la CIDH
relacionadas con el contexto de protestas, atribución de delitos y recortes deliberados al
servicio de internet, como se expresa en el caso de Cuba (https://www.oas.org/es/CIDH/jsForm/?File=/es/cidh/prensa/comunicados/2021/317.asp),
denuncias sobre el uso de software para espiar a periodistas y personas públicas en México (https://www.oas.org/es/cidh/expresion/showarticle.asp?lID=2&artID=1218)
y riesgos sobre reformas legales apresuradas, sin la debida discusión con expertos y sociedad
civil, como en el reciente caso de Brasil (https://www.oas.org/pt/cidh/expressao/showarticle.asp??lID=4&artID=1210)
y reformas regulatorias en telecomunicaciones y ciberseguridad, en Cuba (https://www.oas.org/pt/CIDH/jsForm/?File=/pt/cidh/prensa/notas/2021/249.asp).
¿Cuáles cree que deberían ser los desafíos prioritarios para el fortalecimiento del Debate Público en las Américas?
Los desafíos están relacionados con al papel que debe desempeñar los Estados y como tener una
regulación que sea capaz de asegurar que las empresas no violen los derechos humanos.
Los
temas de estos desafíos son: la defensa de la privacidad de la ciudadanía, la lucha contra la
desinformación, preferentemente, creando foros multisectoriales para atender los problemas,
escuchando y no criminalizando los conocimientos técnicos; garantías de información fidedigna,
especialmente sobre asuntos sensibles como la salud pública, los beneficios estatales, o la
participación política; asegurar un ecosistema informativo en que puedan desarrollarse con
libertad agencias de fact-checking, periodismo independiente, entre otros; facilitación de
canales de consulta directa y actuar en contra la desinformación que proviene desde el propio
Estado, es decir, sus órganos, funcionarios y funcionarios del gobierno (https://bit.ly/3HapZP7);
y garantías de libertad de expresión en contextos de protesta, sin acoso en línea; además de
evaluar la interferencia de los mecanismos de inteligencia artificial, refiriéndose no solo a su
uso en la moderación de contenidos, sino también en un sentido más amplio, con, por ejemplo, el
uso por parte del Estado de herramientas con inteligencia artificial para realizar
reconocimientos faciales o biométricos, como ya lo expresó Derechos Digitales en una audiencia
en la CIDH (https://www.derechosdigitales.org/16932/derechos-digitales-participa-de-la-en-la-cidh-en-la-sesion-uso-de-tecnologias-de-vigilancia-y-su-impacto-en-la-libertad-de-expresion-en-pandemia/)
e incluso en casos de cruce de datos de redes sociales, como se vio en el caso de la aplicación
Clearview AI en los Estados Unidos de América (https://www.technologyreview.com/2021/04/09/1022240/clearview-ai-nypd-emails/).
¿Conoce alguna iniciativa, práctica o proyecto para el fortalecimiento del Debate Público fuera de las Américas que pueda ser útil para nuestra región? ¿Cree que podríamos adoptar estas iniciativas o proyectos?
En 2020, Derechos Digitales publicó el informe “Éxitos regulatorios en materia de libertad de
expresión e internet en Latinoamérica”, analizando el desarrollo de la Región en temas como:
delitos contra el honor y el honor; propiedad intelectual y derechos de autor; responsabilidad
de los intermediarios; derecho al olvido; neutralidad de la red; discurso de odio e incitación a
la violencia; y otros formas directas o indirectas de censura (https://www.derechosdigitales.org/wp-content/uploads/tendencias-regulacion-digitales.pdf).
En
el contexto de la publicación sobre responsabilidad de los intermediarios, Al Sur publicó el
informe “Mirando Al Sur – Construyendo Nuevos Consensos Regionales sobre Responsabilidad
Intermediaria y Moderación de Contenidos en Internet”, que brinda un importante análisis de
decisión comparativa y propuestas de autorregulación y corregulación (Al Sur – Mirando a
Al Sur, https://www.alsur.lat/sites/default/files/2021-06/Responsabilidad%20de%20intermediarios%20ES.pdf).
Nos
parece que cualquier iniciativa o proyecto para fortalecer el debate público debe ser construido
y pavimentado con los distintos actores del sistema, incluyendo la verificación de temas
relacionados con la infraestructura, el acceso a la electricidad e internet, reducción de
desigualdades, así como otros temas relacionados con el papel del Estado en contextos
electorales y de protesta.
Es necesario dar voz y escuchar, especialmente a quienes serán
afectados por las medidas, poblaciones históricamente vulnerables y las distintas organizaciones
de la sociedad civil que aportan diferentes perspectivas al debate.